sábado, 20 de julio de 2013

Escribo

  Escribo con la urgencia del suicida, como único y último cronista. Escribo porque hay que hacerlo, alguien tiene que hacerlo, necesita hacerse, necesito hacerlo. Estas líneas son un testimonio, un grito en el desierto. Quizás el último vestigio de una poderosa raza, quizás el principio de una nueva y diferente etapa, quizás el único primer escalón de un camino lleno de peligros pero necesario.
  Escribo con sangre, ahora que ya no sirve más que para dejar todo esto asentado. Escribo arañando los tablones de madera que forman el suelo de mi habitación, escribo con mi propia mierda en las paredes, escribo vociferando ante una ventana empañada por mi propio aliento, creyendo que algo de mi grito debiera impregnarse. Escribo desesperado, tajeando en mi cuerpo palabras con los restos de esa ventana ahora rota.
  Escribo ya sin palabras, habiendo olvidado cómo se escribe. Escribo recortando palabras de otros libros, destruyendo mi biblioteca, mutilando el último de mis santuarios. Escribo al ritmo de mi acelerado corazón, perseguido por el fin, sé que no hay tiempo suficiente, esta obra también quedará incompleta, todo esfuerzo habrá sido en vano, pero nada más podría haber hecho con mi urgencia, con mi grito, con mi sangre, con mi mierda, con mi ventana, con mi cuerpo, con mi biblioteca.
  O no.
  Quizás no escribo. Aun.

2 comentarios:

  1. Prosa Poética. Mentira la verdad.
    "No hay tiempo no hay hora no hay reloj
    no hay antes ni luego ni tal vez
    no hay lejos ni viejos ni jamás
    en esta olvidada invalidez" de F. Cabrera

    ResponderEliminar