viernes, 25 de febrero de 2011

*5267

Bienvenida a "Caricias plastificadas", su servicio de amantes a la medida. Si desea encargar un amante, presione 1. Si tiene problemas con el amante que encargó, presione 2.

(1)
   
Si lo que busca es un hombre, presione 1. Si está buscando a otra mujer, presione 2. Si quiere algo que no esté muy definido y que dé lugar a las interpretaciones, pulse 3.

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Si usted está buscando un amante seguro de sí mismo, arrollador y fogoso, algo mujeriego pero que le haga sentir que es única, aunque usted bien sabe que no lo será jamás, pulse 1. Si más bien busca un tipo romántico, soñador y algo tímido, que sea muy demostrativo pero lo suficientemente sensato como para no entregarse por completo, pulse 2. Si lo que usted tiene en mente es un tipo inseguro y algo depresivo, con quien compartir silencios incómodos y torpes interacciones sociales, pero que desde el primer momento le diga que usted es la mujer de su vida (aunque jamás se anime siquiera a mirarla a los ojos), pulse 3. Si desea que le presentemos otras opciones de nuestro catálogo, presione 4. Si desea volver al menú principal, marque 0.

(4)
   
Si usted busca un muchacho realizado, serio, con buenas intenciones, exitoso pero sin mucho tiempo para el amor, aunque muy divertido y para nada celoso, presione 1. Si desea, en cambio, un muchacho con problemas de adicciones, bastante amargado y beligerante, pero que en el fondo es una persona con problemitas para relacionarse y que se muere porque alguien le dé un poquito de bola, aunque jamás vaya a aceptarlo, presione 2. Si usted quiere un muchacho algo triste y melancólico, con leves tendencias auto-destructivas, pero que al verla se derrite y sonríe con todo su cuerpo, y que se le nota en la cara que usted es la única opción para él, y que sin usted él no podrá volver a vivir su estúpida vida, y que "por favor, hermosa, casate conmigo, yo sé que soy un pelotudo, pero vos me hacés sentir tan..." etc, pulse 3. Si desea que le presentemos más opciones de nuestro catálogo, presione 4. Si desea volver a las opciones anteriores, presione 5. Si desea volver al menú principal, marque 0.

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Si usted está buscando un amante segur--

(3)

Lo sentimos, su orden no puede ser procesada en este momento. Todos nuestros amantes están ocupados. Haga el favor de dejar su nombre y su teléfono después de la señal, junto con una breve descripción del amante que intenta conseguir, y en un período no mayor a los cinco días recibirá una respuesta. Amá siempre.

Piiiiip.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Crítica a la planificación

"Todo lo que consigas va a ser más que lo que tenés ahora."

  Esa frase me demolió. Aún así, me armé de cobardía y contesté:

"Pero no quiero dar un mal primer paso y condenar el camino futuro."

  ¿Y entonces? ¿Se puede planificar indefinidamente? Sí, se puede, pero entonces jamás voy a terminar haciendo nada. La idea sería eliminar el componente de arrepentimiento. El "si hubiera hecho tal cosa antes", o "si hubiera esperado a que", o "si hubiera dicho", o "si la hubiera mandado a la mierda". Bueno, ese último capaz que no, ese tiene que quedar, para proteger el orgullo. Pero los otros se tienen que ir. Se hace lo que se puede y como se puede. Pero se tiene que hacer, y el tiempo es vital.
  Aunque... ¿Qué pasa cuando el plan nos parece tan importante?* ¿Cuando, de fracasar, nos da la impresión de que perderíamos todo? Dejar pasar el tiempo manteniendo la posibilidad como eso, como una mera posibilidad, nos da una tranquilidad enorme, sabiendo que ese camino está ahí, esperando, y que es perfectamente caminable. Y a la vez sentimos que ese es el camino que hay que recorrer para poder sentirse bien. Es como un match-point en el tenis. La importancia es tal, que... el juga...dor... ¿Que soy un pelotudo por usar al tenis para explicar cómo me siento? ¿En serio? Bueno. Entonces ya está. Este post se terminó acá.**

* ¿Y qué pasa cuando la redacción pasa de estar en singular a plural? ¿Eh? ¿Qué pasa?

** Bueno, acá.

domingo, 6 de febrero de 2011

El hombre con la cara de Willem Dafoe

Ni se te ocurra. Ya te lo veo en la cara, sí. Sí, se te mueve el labio de abajo, ¿vistes?, ese que se mueve cuando se te está por salir algo para decir. Capaz que no sabés qué es lo que te pasa, pero yo ya sé. Vas a tardar un rato, pero en algún momento te va a caer la ficha, y me vas a venir con la misma cantilena. "¡Sos igual a Wílem Dafó!". No, no me mires como si no supieras de qué estoy hablando. ¡Sí, pelotudo! ¡Soy igual al actor ese, eso es lo que ibas a decir! ¿Eh, que no sabés quién es? Bueno, yo tampoco sé bien quién es... Pero todo el mundo me ve igual, y viene y me lo dice. ¿Y a mí qué carajo me importa si hay un yanqui que se me parece? ¿Eh? ¿Me podés decir? Todos los días es lo mismo. Diez veces al día, por lo menos, algún forro entre paquete de cigarrillos y vuelto, me espeta un "Es muy parecido a Wílem Dafó, ¿sabía?". ¡Pero andate a cagar forro!
¿Y los turistas? Me miran y se ríen, los muy putos. Mirá, l'otro día un gringo de esos de bermudas y mochilita le decía no sé qué huevada en inglés a una minita mientras se cagaba de la risa y me sacaba una foto, como haciéndose el distraído. ¿Sabés lo que hice? Tranquilito, puse el cartelito de "Salí a comer", salí pa'fuera del kiosco y ahí nomás le grité "¡Volvete a tu país, mierda!". Eso le dije, sí. Lo corrí como tres cuadras a los gritos. No, no, yo estaba tranquilo, pero tenés que ver el jabón que se pegó el gringo. Nunca más vuelve. ¿Y cuando cierro el kiosco para tomarme vacaciones? ¿Sabés lo que es ir a la playa, estar paseando con la gorda, tranquilo, y que venga un pelotudo a pedirme un autógrafo en inglés? Es terrible. Yo no doy más. Ya no sé qué hacer...
Andá, sí, andá. Decile a tus amigos que hay un kiosquero en Corrientes y Talcahuano que es igualito a Wílem Dafó. Deciles, porque probablemente seas el último en ver este espectáculo de circo involuntario. Yo así no sigo. No doy más...

("Y yo que quería saber para qué lado quedaba Suipacha...")